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Berta Collado en LaRazón
3 septiembre 2016Berta Collado tiene un físico cercano, asequible y amable. Es guapa, muy guapa; pero por encima de su belleza están el desparpajo, la imaginación, la inteligencia, el entusiasmo y un sentido del humor que derrocha a cada parpadeo, mientras pasea su brillante sonrisa subida a unos tacones de aguja. Dicen que es para todos los públicos. Y me lo corrobora mi hijo de 20 años cuando le anuncio que voy a entrevistarla y se le escapa un: «Es un pivón». Pues sí, hijo, lo es. Un «pivón» que curra como si no hubiera un mañana. A dos manos o a ocho brazos como los pulpos. Si alguien se queja de falta de trabajo, a ella le sobra. Pero lo agradece, claro. Es lógico cuando se ama una profesión que se sabe incierta. «Yo antes no me daba cuenta de lo que tenía. Miraba hacia delante y pensaba: “y cuando acabe esto ¿qué vendrá?” Ahora creo que he madurado y valoro más el presente y lo disfruto. Además, ya ni tengo tiempo para pensar qué pasará mañana», asegura.
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